Y sin embargo, hoy, parecen ser precisamente estas regiones remotas las que más repentinamente están sufriendo su presencia. El cambio global y el aumento de las temperaturas amenaza aquellos lugares que dependen directamente del frío, del hielo. El Ártico, en concreto, se está calentando tres veces por encima del promedio del resto del planeta. La banquisa amenaza con desaparecer verano tras verano y, con ella, todo el ecosistema que depende de su superficie. Este mismo verano, el nivel de hielo volvió a registrar nuevos récords de mínimos, dejando libres los emblemáticos pasos NorEste y NorOeste, por primera vez en siglos.
Por ello, es aquí donde se centran gran parte de las investigaciones actuales sobre cambio global.
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