Los investigadores encontraron el cuásar con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Austral Europeo (ESO). "Es una prueba más sobre el Universo temprano y nos ayudará a comprender mejor cómo los agujeros negros supermasivos se desarrollaron unos cientos de millones de años después del Big Bang", ha señalado a 'Science Daily' Stephen Warren, primer firmante del artículo.
Los cuásares, que se cree que son núcleos de galaxias en formación, tienen tanto brillo que funcionan como faros que iluminan los primeros tiempos del Universo, cuando se formaban las primeras estrellas. En este caso, está tan lejos que da luz a la era de la reionización, apenas 770 millones de años después de la Gran Explosión. Esta edad se ha detectado tras comprobarse que su desplazamiento al rojo era de 7,1, según la escala utilizada por los astrónomos. En otras palabras, su luz ha tardado en llegar a los telescopios terrestres 12.900 millones años.
Gracias a las mejoras en los instrumentos, ya se ha confirmado la existencia de objetos más distantes, como un rayo gamma con un desplazamiento de 8,2 o una galaxia con el 8,6, pero este cúasar es cientos de veces más brillante. El siguiente cuásar más alejado se vio a 870 millones de años luz tras el Big Bang (un corrimiento de 6,4).
¿Qué es un cuasar?
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