Vivió hace 60 millones de años en el territorio que hoy es Colombia y su imponente mandíbula sugiere que debió ser un temido depredador capaz de devorar a reptiles. El fósil de una gigantesca tortuga, bautizada como 'Carbonemys cofrinii' (tortuga de carbón), fue encontrado en 2005 por un equipo de científicos de la Universidad del estado de Carolina del Norte (EEUU). Sus características se describen esta semana en la revista'Journal of Systematic Palaeontology'.
Su tamaño, comparan los autores, era similar al de un coche pequeño. De hecho, su espectacular caparazón, que fue encontrado en las inmediaciones, mide 1,72 metros. Prácticamente lo mismo que la altura de Edwin Cadena, el estudiante de paleontología que la ha descubierto.
Esta especie pertenecía a un grupo de tortugas ya extintas denominadas pelomedusoides, una denominación común que engloba, sin embargo, a una gran diversidad de especies, según se desprende de la colección de fósiles hallados.
Una de las mayores tortugas halladas
Su cráneo medía 24 centímetros (siguiendo con las comparaciones, los autores señalan que su cabeza debía tener el tamaño de un balón de fútbol). Se trata de la mayor tortuga hallada en esta zona y una de las más grandes encontradas hasta ahora.
Su nombre, 'Carbonemys cofrinii', significa tortuga de carbón debido a que el ejemplar fue encontrado en El Cerrejón, una mina a cielo abierto en el norte de Colombia en la que se extrae este mineral. El hallazgo se produjo en 2005.
En este mismo yacimiento se han encontrado con anterioridad tortugas de menor tamaño: "Tras pasar cuatro días trabajando para lograr desenterrar el caparazón me di cuenta de que este ejemplar era el más grande que ha sido hallado en este área, y nos ofrece la primera prueba de gigantismo en tortugas de agua dulce", explica Edwin Cadena en una nota de prensa difundida por la revista.
Convivió con otras especies gigantes
Y es que los paleontólogos creen que tortugas parientes de 'Carbonemys cofrinii', pero de menor tamaño, convivieron con los dinosaurios. Sin embargo, la versión gigante de esta especie surgió unos cinco millones de años después de la extinción de los dinosaurios, que desaparecieron hace 65,5 millones de años.
El ecosistema en el que habitó esta tortuga gigante estaba integrado por una gran variedad de reptiles gigantes. De hecho, los científicos creen que 'Carbonemys cofrinii' convivió, entre otros reptiles, con la espectacular 'Titanoboa cerrejonensis', la serpiente más grande encontrada hasta ahora y que también vivió en Sudamérica.
Poderosa mandíbula
¿Cómo lograron estos animales un tamaño tan colosal? La respuesta, especulan los científicos, debió ser una combinación de cambios en el ecosistema que propiciaron su propagación, favorecieron su aumento paulatino de tamaño y, posteriormente, la supervivencia de estas especies gigantes.
Entre estos factores, señalan, estaría la escasa presencia de depredadores que supusieran una amenaza, un hábitat muy amplio, abundantes recursos alimenticios y cambios en el clima favorables. Y es que una tortuga de estas características tuvo que disponer de un gran territorio. Y si logró sobrevivir es porque devoraba a muchas de las especies que competían por su alimento.
No le debió ser difícil teniendo en cuenta las características de su mandíbula. Junto a su gran tamaño, los paleontólogos destacan la poderosa mandíbula de este espécimen, que le habría permitido devorar todo tipo de animales, desde moluscos a tortugas más pequeñas pasando por cocodrilos de pequeño tamaño.
Las tortugas eran una presa habitual de los cocodrilos, según demuestran las mordeduras detectadas en el caparazón de numerosos fósiles de tamaño más pequeño hallados en este yacimiento de Colombia. Sin embargo, estos cocodrilos no habrían supuesto una preocupación para un 'Carbonemys' adulto.
El ecosistema en el que vivieron estas especies gigantescas se parecería al del Delta del Río Amazonas o del Orinoco, en Venezuela, pero con temperaturas mucho más altas.
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